12.6.11

De mayor quiero ser jequesa.

Algo está cambiando en la sociedad para que las niñas ya no quieran ser princesas. Los palacios con sus príncipes azules pasaron a la historia y las madres tendrán que acostumbrarse a que sus niñas les digan: "mamá, de mayor quiero ser jequesa". La culpable de todo esto es la llamada perla del Golfo, o lo que es lo mismo, Mozah Bint Nasser Al Missned, más conocida como Sheikha (jequesa) Mozah. Es la segunda de las tres esposas del jeque de Qatar y la única con proyección pública.






Su fecha de nacimiento es un misterio, aunque se cree que nació en 1959, por lo que tendría 52 años. Lo que sí sabemos es que es madre de siete hijos (el primero y sucesor al trono, Jasim, tiene 32 años, y el más pequeño, Khalifa, 12). Abandonó sus estudios de Sociología para casarse con el jeque de Qatar, Hamad bin Khalifa Al-Thani y es la primera dama islámica más influyente del mundo. Su elegancia y su belleza la convierten en un icono de Oriente desbancando incluso a Rania de Jordania y lo tiene todo, salvo un marido de dudosa belleza, para que las niñas sueñen con ser jequesas.






Cada año visita la SHA Wellness Clinic en Altea (Alicante) para someterse a una cura integral de belleza. Con ella viajan 42 baúles de Louis Vuitton y 15 asistentes. En sus mansiones cuelgan cuadros de Damien Hirst, el artista vivo mejor pagado, valorados en más de 72 millones de euros. Posee una colección de joyas únicas entre las que destacan el famoso collar Serpent de Cartier, de 20 millones de euros, y una colección de alta costura vintage con trajes de Chanel, Saint Laurent, Valentino o Balenciaga. Por si esto fuera poco, la revista Forbes la ha incluido en la lista de las mujeres más influyentes del mundo.

Sus turbantes se han puesto de moda y son la sensación del verano, así que, mamás de todo el mundo, ya no teneis que preocuparos si vuestras niñas no quieren cortarse el pelo para tener una larga melena de princesa. ¡Ya no hace falta! Ahora solo tenéis que enseñarles desde muy pequeñas a ponerse el turbante y a posar como una auténtica jequesa.






Está claro que algo debe tener Mozah para que el jeque la elija como única esposa con proyección pública y deje que opine en los temas políticos de su país. La jequesa está de moda, eclipsa con su belleza y su elegancia y ni Leti, ni Kate, ni Mette-Marit, ni siquiera Carolina, tienen ese halo especial que desprende la jequesa. Así que, porque ha sido todo un descubrimiento, porque es maravillosa, porque no se puede llevar mejor un turbante ni una cartera de mano, porque mezcla tradición con modernidad, por su eterno bronceado y sus estilosos vestidos...






¡De mayor yo también quiero ser jequesa!


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