17.5.11

Los modelitos imposibles de Pe.

Gracias a Penélope Cruz hemos descubierto que la máxima que parece aplicarse a modelos, actrices y demás artistas varias no siempre se cumple. Y es que nuestra querida Pe, esposa de Ja, hermana de Mo, nuera de Pi y cuñada de Ca, se ha quedado de lo más jamona tras parir al pequeño Leo. ¿Le habrán puesto ese nombre al churumbel para evitar el diminutivo? Chi lo sa. La cuestión es que nuestra actriz más internacional no ha conseguido volver a ese body que se curró con los años y a golpe de bisturí. Ni las dietas estrictas. Sí, sí, guapa, que nadie se cree que te pongas fina a cocidos madrileños como vas pregonando por ahí. Ni los entrenadores personales. Ni los tratamientos estéticos. Nada ha conseguido que Pe vuelva a su ser.






Y la verdad es que me la suda. De hecho me parece lo más normal del mundo.  Que a ver quién es la guapa que se queda hecha una sílfide a los dos días del parto. El problema es que Pe, inmersa en plena promoción de Piratas del caribe 4, se empeña en aparecer por la alfombra roja luciendo modelitos ocho tallas menos de la que debería llevar. Y mira, eso queda feo. Sin saber muy bien por qué, la Cruz ha pasado de imitar de forma enfermiza, obsesiva y compulsiva a Audrey Hepburn y  Sofía Loren,  a convertirse en una pequeña butifarra enfundada en vestidos que duele mirar. Que anda que no se les va la pinza a algunos diseñadores...

Parece que a Penélope le ha salido de golpe la choni que tanto se ha preocupado por mantener a raya. Así, sin avisar. Que si me voy a Cannes y me meto dentro de un traje horrible que hace que se me salgan las tetas por los lados... ¡Por Dios, que parece que en cualquier momento le van a reventar! Que si ahora me planto un disfraz de institutriz con un lazo al cuello que me tapa media cara. Que si ahora me pongo un vestido plagadito de cremalleras y encajes.  No, querida Pe. Así no. Que si bien nadie espera nada de ti como actriz, se te supone un cierto toque de glamour en tus apariciones públicas.






Dios sabe en qué estará pensando la de Alcobendas. Pero lo cierto es que ha dejado a todo el mundo con la boca abierta con ese cambio de rumbo en su estilo. Quizás Pe esté sufriendo una regresión. Quizás su nueva etapa como mamá le ha devuelto a sus raíces más horteras. Esas raíces en las que la moza parecía prima de las Azúcar Moreno. Porque si recordamos el día que recibió su primer Goya allá por 1999... Esos pelos. Esos collares del chino. Esos encajes con cubre pezón de pedrería. ¡Cuadrazo!






Pe... Pe... ¡Pero que cojones te está pasando Pe!

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