2.5.11

El piquetón y otros nardos del montón.

Hace unos días, y gracias a la revista Cuore, descubrimos que Gerard Piqué no sólo es grande en el terreno de juego. Fuera de él también. ¡Si es que se gasta un garrote que ni la sota de bastos! El muchacho se acercó al aeropuerto a recoger a su damisela colombiana, que llevaba varias semanas de turné por las américas, y se vio superado por el momento. Bastó un simple beso de la loca come tigres para que el piquetón saliera de su letargo y se pusiera a bailar el waka waka. La emoción, que es mucha. Bueno, eso y que Shakira parece tener un efecto revigorizante que ni el ginseng. Y si no que se lo pregunten al líder de los Fugees, Wyclef Jean, que mientras compartía escenario con la susodicha en los Grammy de 2007 se puso to burro y tuvo que salir por patas de allí. Tanto contoneo de caderas. Tanto movimiento de tripilla. Pues desconcertaron al bueno de Wyclef. El pobre acabó la actuación tapándose sus partes nobles con una mantita que se colocó a modo de fular. Vamos, la mar de discreto...






Si es que es lo que tiene. Que los pitos van por libre. Y cuando uno menos se lo espera... ¡Zás! Los soldaditos levantan armas y están dispuestos a disparar. El problema viene cuando la guerra es pública. Cuando todas las miradas se posan sobre tu ejército de tierra. Porque, aunque siendo una reacción física de lo más natural, la vergüenza no te la quita nadie. Y si eres famoso ni te digo. Prepárate para aparecer en todas las revistas y programas de cotilleos. Prepárate para los comentarios y comparaciones. Prepárate porque vienen curvas. Y seguro que estas no te ponen cachondo.

La pasada Semana Santa el marido de Beyoncé, Jay Z, sufrió una erección pública en pleno centro de Paris. La pareja, que se encontraba de vacaciones en la capital francesa, decidió comer en una terracita  aprovechando que el día estaba soleado. Que si unos aperitivitos. Que si un poco de champán. Que si unas risas por aquí. Que si un cafelito por allá. Lo normal, vaya. Lo que no es normal es el calentón que se pilló Jay Z. Porque al levantarse de la silla el mozo tenía plantada en plena bragueta una tienda de campaña tamaño familiar. A saber de qué estuvo hablando la parejita... Lo cierto es que aquello no bajaba. Y Jay Z optó por la naturalidad, marchándose del lugar con paso firme, la mano en el bolsillo y la cabeza bien alta. Como si la cosa no fuera con él.






Los hay que lejos de ruborizarse ante tal fenómeno de la naturaleza deciden aprovechar el subidón. ¡Y punto! Éste es el caso de Brian Austin Green, el pardillo de la mítica serie Sensación de vivir y marido de la deseadísima Megan Fox. Ambos salieron a tomar un chisme por ahí. Y entre el calor que hacía y que la Fox es un poco guarrilla... Pues nada, que dos más dos son cuatro. Al chico se le puso el nardo contento. Y Megan, ni corta ni perezosa, decidió regarlo un poquito. Allí que le plantó la mano a su maridito. Que si te restriego un rato. Que si ahora yo te agarro a ti. Vamos, que no se pusieron a copular encima de la mesa de milagro.






Si es que una buena erección pública no atiende a razones. Y hasta al más pintao se la puede jugar. Ahí tenemos a Jean-Claude Van Damme, ese hombre dispuesto a espatarrarse a las primeras de cambio que durante años nos atormentó con sus películas de artes marciales. ¡Kia! En un programa de la televisión brasileña se puso a bailar, desatado perdido, con una hermosa carioca. Y el hombre se emocionó tanto que le regaló a la audiencia una empalmada de campeonato. Se lo tomó con humor. Pero menudo trago... Si sois unos perracos desalmados que disfrutan con el mal ajeno... ¡Pinchad aquí!

Otros muchos tuvieron que pasar por semejante trance. Justin Bieber, al salir de una entrevista en Londres y rodeado de prensa, curiosos y fans locas, tuvo que taparse con la sudadera un alegrón espontáneo. David Beckham, en plena sesión de relax playero, se puso de lo más contento en compañía de la Posh. Y con un mini bañador blanco que no dejaba nada a la imaginación. ¡Menuda es la Vicky! Kevin Costner se fue a jugar al golf y se llevó el palo puesto de casa. Ronaldinho se fue a la disco para mover las caderas y algo más que las caderas acabó moviendo. ¡Si hasta a Bill Clinton se le puso dura mientras se daba un voltio con el velero!






Tranquilo Piqué. Que no has sido el primero ni serás el último...

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