13.3.11

Mariah Carey... ¡Se sale!

Hace unos días Britney Spears confesaba en la revista OUT que odia estar a dieta. ¡No te jode! Y el resto de los mortales también. Menuda exclusiva.  Todo el mundo sabe que donde esté un buen chorizo frito, con su pan y su aceitillo, que se quiten todas las acelgas del mundo. Pero hija, si vives de tu imagen es lo que hay. Y si no que se lo pregunten a Mariah Carey, que tiende a engordar cosa mala. Vamos, que sólo con oler la pizza se le pone el culo como una plaza de toros. Olé. Y si a esto le unimos que no levanta dos palmos del suelo. Olé. Y un dudoso gusto por embutirse en minivestidos ocho tallas menos de la que realmente necesita. Olé. Pues tenemos como resultado lo que viene llamándose un cuadro flamenco. Olé. Olé. Y olé.

La Carey se pasa media vida a dieta y la otra media sufriendo brutales efectos yo-yo. Claro, que su afición a pillárselas dobladas tampoco ayuda mucho. Mariah, que lo dicen los médicos. Que el alcohol es puritito azúcar. ¿Y a dónde va el azúcar? Pues al culo. ¿Y cómo se te pone? Como una plaza de toros. Olé. Sin embargo, y gracias a su embarazo, nuestra querida diva de bolsillo ha encontrado la excusa perfecta para olvidarse durante una temporada de las calorías... ¡Danger! ¡Danger! ¡Danger!





Que sí. Que Mariah está embarazada de mellizos. Y que los antojos son muy traicioneros. ¡Pero por Dios, es que parece que se ha comido a sí misma! Bueno, y a su marido. Y a Falete porque no lo conoce, que si no... también. Parece que la Carey ha visto el cielo abierto con su futura maternidad y se ha liberado de la esclavitud de su propia imagen. Y no es que me parezca mal. Cada uno con lo suyo, oye. El problema es que ha llegado a unos límites algo preocupantes incluso para ella.

A la buena mujer le ha dado por ingerir cantidades industriales de comida basura. Tal es la voracidad de Mariah, capaz de comerse las cheeseburguers a pares, que su pobre marido ha tenido que localizar un McDonald's 24 horas. Porque al parecer no son pocas las madrugadas en las que la diva exige su ración de grasaza. Y cuando ella dice ahora, es ahora. ¡Menuda es la Carey! Como siga por ese camino la van a tener que remolcar al hospital cuando se ponga de parto. Anda mira, como en la película Liberad a Willy. Eso sí, a ella no la tendrán que regar con la manguera. Aunque vete tú a saber, como es tan rara y caprichosa...






La Carey, entre hamburguesa y hamburguesa, va preparando la llegada de sus mellizos. La habitación ya la tiene equipada. Vamos, como cualquier madre primeriza. Paredes de marfil. Asientos de oro para los churumbeles. Armarios llenos de ropa de diseño. Ipod con diamantes incrustados en la mesilla de noche. ¡Para que luego digan que las celebrities son de otro planeta! Anda que...

Y hace tan sólo unos días celebró su baby shower. Rodeada de cientos de globos rosas y azules, entre los cuales era difícil encontrarla pues se mimetizó con el ambiente como si de un camaleón se tratara, recibió de sus amigos unos cuantos regalitos. Unas jirafas de peluche a tamaño real. Un juego de cama para las cunas de 2.000 dólares. Nada, unos detallitos sin importancia. Gracias a la revista Life and Style tenemos un documento gráfico del evento. No aparecen las jirafas, pero... ¿Sois capaces de encontrar a Mariah?






Pues nada hija, disfruta de tus cheeseburguers y tus patatas fritas que ya te queda poco para parir. Y luego ya no vas a tener excusa. Liposucción. Dieta Y ejercicio. Y a seguir con tu carrera que la nany ya se encarga de criarte a los peques. Mmmmm... Que hambre me ha entrado...  Mira, se acabó lo que se daba...  ¡Me voy al McDonald's!


1 comentario:

Unknown dijo...

Cada vez me gusta más vuestro blog!!! enhorabuena muchachos